No interesa observar como las culturas juveniles actuales
procesan e incorporan las huellas del movimiento hippie. Consideraremos para
este efecto la cultura hipster. Intentemos identificar ideas y formas que
proceden de la cultura hippie, particularmente en lo que se refiere a la
indumentaria, como modalidad de
representación de una visión del mundo y de un estilo de vida.
Es evidente la mezcla de elementos hippie con elementos pop,
lo que pone en el centro de la atención
el carácter híbrido de las actuales culturas alternativas, asimismo el
carácter irónico del simulacro de una respuesta al contexto, de construcción
discursiva de una personalidad, bastante lejos de la autenticidad hippie.
Estamos ante una apuesta demostrativa por lo no convencional, hacia lo cual
fluyen las características hippie y pop.
Siendo una cultura actual, es relevante la opinión de los
que están inmersos o familiarizados con esta cultura.
Pero tal vez no hay
que interpretar la tendencia hipster sólo como un simulacro, aunque esta sea la
primera y principal percepción. También está el anhelo de rencuentro con la
naturaleza o consigo mismo, aunque a través de ítems que remiten a significados
ya conocidos. Son estos ítems culturales los que sustentan el repertorio de los
objetos que ayudan a la construcción de la personalidad que debe
indicar el carácter “ rebelde” de
esta cultura alternativa dentro de la cultura de consumo.
Hay dos maneras de evaluar los vínculos entre los hippie y
del hipsters: como huellas en la
dinámica del tiempo, desde la cultura hippie hacia la cultura hipster, y al
revés, desde la cultura hipster en construcción, que almacena una variedad de
rasgos significantes, para construirse desde el hibridez cultural fundamental,
como nueva presencia, en respuesta a una nueva realidad. Las dos son
interesantes, y podrían ser exploradas con resultados que profundicen en la
relación de las culturas alternativas con los parámetros exigentes del
contexto.