viernes, 21 de noviembre de 2014

Estilo, comportamiento, controversia y rechazo


El ícono del hippie suele ser un hombre con el pelo y barba notablemente más largos que lo considerado «elegante» en la época. Ambos sexos tendían a dejarse el cabello largo y algunos hippies caucásicos lo llevaban al estilo afro, imitando a los afroamericanos. Una manera de romper con los patrones sociales existentes era algo tan simple como llevar los pantalones puestos fuera de su lugar, en el hip o cadera, haciendo lucir a la persona desaliñada. De ahí una de las acepciones de la palabra hippie, el que lleva los pantalones a la cadera.




Entre las mujeres apareció la tendencia de no llevar sujetadores y de no afeitarse axilas o piernas. Esto tendría influencia en el feminismo de décadas posteriores pero todavía fueron más trascendentes otros valores como el del amor libre, el cual argumentaba a favor del derecho al placer, evitando las restricciones de la familia nuclear y el Estado.

Mucha gente no asociada a la contracultura consideraba estos largos cabellos una ofensa, o «anti-higiénicos», o consideraban aquello «cosa de mujer». El entonces gobernador de California, Ronald Reagan, definió al hippie como «un tipo con el pelo como Tarzán, que camina como Jane y que huele como Chita».

Esto se hacía en abierta rebeldía contra las construcciones de género de la sociedad basada en una estricta división de roles y comportamientos para los sexos. También los hippies abrieron vía para la tolerancia y el respeto a la homosexualidad y las relaciones interraciales.

Para ambos sexos, tanto el cabello largo como su forma de vestir funcionaban como señal de pertenencia a esta contracultura y muestra de su actitud iconoclasta.

Círculo de tambores en el Eeyore's Birthday Party del 2005. Un evento regional de Texas con reputación hippie.

Es una acción típica de los hippies el llegar a un lugar y sorprender positiva o negativamente a aquellos con estilos y formas más convencionales ya sea individualmente o en grupo. Estas situaciones eran y son usualmente disfrutadas por los hippies y a veces hasta pueden alcanzar niveles teatrales, festivos o de happening en algunos casos acompañadas de música en vivo. A veces esto es planeado y otras veces no y suelen estar sazonadas por la usual actitud alegre y relajada típica hippie que espera que se contagie al resto.

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